Creado en 1990, Imazon nació en un contexto de fuerte presión maderera en la Amazonía. Por ello, las primeras investigaciones del instituto presentaron soluciones para proteger las especies más codiciadas, como la caoba, y para que la gestión forestal sostenible y comunitaria ganara escala en la región. Esta actuación convirtió a la organización en una de las principales referencias en esta temática dentro y fuera del país.
Durante sus primeros 15 años, Imazon publicó diversos artículos científicos y libros para difundir la gestión forestal, un conjunto de técnicas que ayudan a explotar los recursos madereros de forma sostenible. Además de presentar modelos de actividad que generaran el menor impacto ambiental posible, conservando la biodiversidad y las funciones esenciales del bosque, estos estudios también tuvieron gran importancia para evidenciar su viabilidad económica.
Como resultados prácticos, las investigaciones de Imazon sobre gestión forestal influyeron en la creación de políticas públicas ambientales, como fue el caso de los análisis sobre la ecología de la caoba, entonces la madera tropical más valiosa. Estos estudios fueron fundamentales para su inclusión, en 2003, en la lista de especies amenazadas de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (Cites). Otras publicaciones destacadas son: “Expansão madeireira na Amazônia: Impactos e perspectivas para o desenvolvimento sustentável no Pará”, de 1996, “Floresta para Sempre: Um Manual para a Produção de Madeira na Amazônia”, de 1998, y “Manejo Florestal Comunitário: processos e aprendizagens na Amazônia brasileira e na América Latina”, de 2005.
Además, para apoyar a las comunidades rurales en su relación con el bosque, Imazon lanzó en 2007 la publicación “Guia para o Manejo Florestal Comunitário”. Este manual reúne instrucciones prácticas para la actividad y enumera los beneficios ecológicos, económicos, sociales y culturales que puede aportar a las comunidades.
Imazon también fue pionero en la creación de herramientas para mejorar y monitorear la explotación maderera en la Amazonía, como el Sistema de Apoyo a la Gestión Forestal (Samflor), desarrollado y probado entre 2005 y 2009, y el Sistema de Monitoreo de la Explotación Maderera (Simex), implantado en 2008. El Samflor tenía como objetivo evaluar y gestionar buenas prácticas de gestión forestal en pequeñas y medianas empresas en la Amazonía. Por su parte, el Simex fue una herramienta innovadora para detectar y evaluar la efectividad y calidad de los planes de gestión forestal mediante el cruce de imágenes satelitales de la explotación maderera con las autorizaciones emitidas por los organismos ambientales. Desde 2021, los datos de esta herramienta se utilizan en publicaciones anuales sobre la extracción de madera en toda la Amazonía Legal a través de la Red Simex (Rede Simex), que además de Imazon, también incluye a otras tres instituciones de investigación ambiental: ICV, Idesam e Imaflora.
De forma general, todas estas publicaciones sobre la temática contribuyeron a que la Amazonía contara, en 2016, con más de 7 millones de hectáreas bajo gestión forestal, de las cuales la mitad poseía el sello verde del Consejo de Gestión Forestal (FSC).